Semillita de la semana

La mujer insensata busca felicidad a la distancia, pero la sabia siembre la felicidad a sus pies.

Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.

- Prov. 31:10

jueves, junio 23, 2011

¡Vístete con la armadura de Cristo!

Capítulo 7 ¡Vístete!


“mandó a decirle: «No te imagines que por estar en la casa del rey serás la única que escape con vida de entre todos los judíos. Si ahora te quedas absolutamente callada, de otra parte vendrán el alivio y la liberación para los judíos, pero tú y la familia de tu padre perecerán. ¡Quién sabe si no has llegado al trono precisamente para un momento como éste!»”
-         Ester 4:13-14 (NVI) 

Ponte tu chaqueta

Ajústate las botas

Ponte el casco

Ten tu espada y

Escudo preparados,

¡Ahora levántate y pelea la buena batalla!


Todas hemos leído o al menos escuchado la historia de la reina Ester, que por su valentía, compromiso y fe en Dios logro salvar a su nación. Ester se puso sus vestiduras espirituales y venció. Ella conocía su armadura muy bien. Tú y yo tenemos que aprender a vestirnos como lo hizo Ester, sin dudar.

Dios ya nos ha dado la vestidura de guerrera, solo falta que no las pongamos para batallar, sin ella no duraremos mucho en batalla.

Nuestra armadura consta de:

©    El casco de la salvación – para proteger nuestras mentes, ya que es la fuente de toda acción que tomamos, decisiones y pensamientos.

©    La coraza de justicia – para proteger nuestro corazón espiritual. Nuestro corazón tiene que estar bien con Dios y para eso debemos estar claras en quienes somos ¡sus amadas hijas, somos princesas, le pertenecemos a Él! Cuando estamos claras en esto, vencemos las mentiras del enemigo.

©    El cinturón de la verdad – en la antigüedad, los cinturones o correas no se utilizaban como accesorio de moda sino que era claves para tener un acceso fácil a las armas. La verdad es la que mantiene las cosas en su lugar.

©    Calzado de paz – la paz de nuestro Señor nos da equilibrio y fuerza para caminar por el terreno difícil.

©    Escudo de la fe – con ella bloqueamos las flechas que constantemente el enemigo nos arroja. Recuerda que el justo por su fe vivirá, y a veces es lo único que tenemos así que agarra ese escudo bien y LEVANTATE.

©     Por último aunque no menos importante, la espada del Espíritu – como guerreras necesitamos un grito de guerra y esa es la palabra de Dios. Cuando estés en medio de la batalla recita la palabra de Dios creyendo que Dios es quien es. Para lograr esto tienes que conocer tu arma; la palabra de Dios, la biblia ¡conócela!


¿Cuál es tu grito de guerra?


Cuando David fue contra Goliat su grito de guerra fue:

Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor Todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a los que has desafiado. Hoy mismo el Señor te entregará en mis manos; y yo te mataré y te cortaré la cabeza. Hoy mismo echaré los cadáveres del ejército filisteo a las aves del cielo y a las fieras del campo, y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel. Todos los que están aquí reconocerán que el Señor salva sin necesidad de espada ni de lanza. La batalla es del Señor, y él los entregará a ustedes en nuestras manos.

-         1 Samuel 17:45-47


En nuestro caminar como guerreras en Cristo, las batallas no van a llegar una a una y muchas veces (como no estamos SOLAS) tenemos que sacar nuestra espada por otra guerrera. Así que nunca NUNCA salgas de sin tu vestidura de guerrera, porque como Mardoqueo le dijo una vez a Ester ¡Quién sabe si no has llegado al trono precisamente para un momento como éste!» Y nosotras sabemos que en Dios nada es casualidad, Él tiene un propósito con cada una de las batallas a las que nos enfrentamos.



“Los que aman tu ley disfrutan de gran bienestar, 
      y nada los hace tropezar.”
-         Salmos 119: 165

sábado, junio 04, 2011

Nunca Sola [sexto capitulo]

Nunca Sola
Sexto Capítulo del libro Chicas Guerreras de la autora Holly Wagner


“Rodéate ahora de muros, hija de guerreros; nos han situado…”
Miqueas 5:1

Las batallas son intensas y agotadoras, pero ¿sabes qué? No estamos solas. Juntas podemos llegar al otro nivel pero solas solo nos estaquearemos.


Holly nos invita en este capítulo a que formemos parte de alguna iglesia local si aun no pertenecemos a alguna.  Así podremos formar parte de un pelotón, de un grupo para unirnos en batalla, allí encontraremos un lugar para ser restauradas y llenas de la palabra de Dios además de encontrar mujeres guerreras dispuestas a unirse a tu batalla.
¿Por qué?

Porque todo soldado y todo guerrero pertenece a una unidad, a un grupo. Nadie pelea solo, tampoco nosotras como cristianas. Ese no es el plan de Dios. Tu y yo somos parte de un plan mayor, un propósito y eso nos hace importantes.
Nuestra meta siempre debe ser estar juntas unánimes, en un mismo sentir; y eso chicas requiere trabajo porque somos diferentes. Si nos apoyamos las unas a las otras aun en nuestras diferencias nos fortaleceremos en batalla.

¿Por qué nos ponemos celosas?

Todas hemos sentido (aun que sea un poco) alguna vez en la vida celo de otra, tal vez de una amiga o compañera. No está mal mirar con admiración a una amiga o conocida por sus fortalezas y talentos pero envidiarla o sentir celos por ello está mal. ¡EXAMINEMOSNOS! Vamos a darnos la tarea de buscar NUESTROS DONES y dejar de querer los de otras. Cuando pasamos mucho tiempo mirando lo que las demás tienen y a nosotras nos falta olvidamos que nosotras también poseemos dones y fortalezas.

Si todas tuviéramos los mismos dones y fortalezas no tendríamos balance en la vida y mucho menos diversidad. Lo que hace a un grupo fuerte es su diversidad de fortalezas y debilidades. Por ejemplo en las fuerzas armadas cada batallón tiene sus médicos, ingenieros, mecánicos, artilleros, cocineros, etc. si todos fueran cocineros JAMAS Y NUNCA ganarían una batalla. Cada unos tiene una función dentro del grupo para llegar a su meta y triunfar. Es igual en las batallas espirituales, si dejamos que los celos y la envidia nos distraigan no podremos desempeñar nuestro papel dentro de la batalla.

Enfoquémonos en hallar nuestras fortalezas para usarlas y nuestras debilidades para mejorarlas, idenfiquemos nuestros dones y talentos para saber cuál es nuestra función dentro de la batalla y desarrollarlos al máximo.


Cuando se trata de amigas
Hay veces que estamos en diferentes etapas, procesos o circunstancias de la vida. “Como verdadera amiga, no puedes empequeñecer el dolor de tu amiga…Una verdadera amiga hace todo lo posible por entenderte, escucharte y ayudarte a mirar a Dios en medio de la batalla que se podría estar librando.” (Holly)



Tenemos que conectarnos con las personas que Dios mismo pone en nuestro camino. Dios diariamente nos pone personas en nuestro caminar ya sea para que nos identifiquemos con ellos, nos unamos en batalla, seamos de apoyo, le brindemos aliento o nos brinden ellos a nosotras, para que compartamos nuestras experiencias, para que soñemos juntos, para que les ministremos a través de nuestro testimonio, etc. No te resistas a ello, no sabes que Dios quiera trabajar en tu vida o en la vida de los que están cerca de ti.

Nada es casualidad y estoy segura que Dios tiene un propósito específico  cuando pone personas en nuestra vida que son distintas a nosotras.

Toma un segundo y analiza la carta que Pablo escribió a los corintios:

Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, aunque son muchos, constituyen un solo cuerpo, así también es Cristo. Pues por un mismo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, ya judíos o griegos, ya esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber del mismo Espíritu. Porque el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. Si el pie dijera: Porque no soy mano, no soy parte del cuerpo, no por eso deja de ser parte del cuerpo. Y si el oído dijera: Porque no soy ojo, no soy parte del cuerpo, no por eso deja de ser parte del cuerpo. Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿qué sería del oído? Si todo fuera oído, ¿qué sería del olfato? Ahora bien, Dios ha colocado a cada uno de los miembros en el cuerpo según le agradó. Y si todos fueran un solo miembro, ¿qué sería del cuerpo? Sin embargo, hay muchos miembros, pero un solo cuerpo. Y el ojo no puede decir a la mano: No te necesito; ni tampoco la cabeza a los pies: No os necesito. Por el contrario, la verdad es que los miembros del cuerpo que parecen ser los más débiles, son los más necesarios; y las partes del cuerpo que estimamos menos honrosas, a éstas las vestimos con más honra; de manera que las partes que consideramos más íntimas, reciben un trato más honroso, ya que nuestras partes presentables no lo necesitan. Mas así formó Dios el cuerpo, dando mayor honra a la parte que carecía de ella, a fin de que en el cuerpo no haya división, sino que los miembros tengan el mismo cuidado unos por otros. Y si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él; y si un miembro es honrado, todos los miembros se regocijan con él. Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno individualmente un miembro de él.

-      1 Corintios 12:12-27


¿Cuáles son los dones que Dios te ha dado?


¿Quiénes son tus compañeras de batalla?








¡Devocional de 90 días! solo para chicas y mujeres de Dios

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